Una carta obscena, una firma provocadora y una demanda multimillonaria reviven el escándalo
Redacción EntreLineas Mx
Tepic, Nayarit.– Una carta de cumpleaños firmada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y dirigida a Jeffrey Epstein en 2003 ha detonado una nueva ola de polémica internacional. El documento, revelado por The Wall Street Journal, incluye un dibujo de una mujer desnuda y un mensaje firmado de manera sugerente por el entonces magnate, lo que ha reavivado las sospechas sobre la relación entre ambos personajes.
La carta formaba parte de un álbum organizado por Ghislaine Maxwell —cómplice de Epstein y actualmente condenada— como homenaje por el 50º cumpleaños del financiero acusado de explotación sexual. En el texto se incluye una frase que ha generado inquietud: “Que cada día sea otro hermoso secreto”, acompañada por un dibujo erótico presuntamente hecho por Trump.
La reacción del presidente fue inmediata: presentó una demanda contra The Wall Street Journal, Rupert Murdoch y sus reporteros, exigiendo una compensación de 10 mil millones de dólares por difamación. Además, ordenó la desclasificación de los testimonios del gran jurado relacionados con Epstein, una decisión que ha sido interpretada como un intento por frenar la controversia en plena gestión presidencial.
Este episodio ha puesto nuevamente bajo la lupa los vínculos del mandatario con Epstein. Aunque Trump ha insistido en que rompió la relación tras un incidente de acoso a una menor en su club Mar-a-Lago en 2007 —motivo por el cual, afirma, vetó al financista—, los documentos y mensajes previos sugieren una cercanía incómoda en años anteriores.
La revelación también salpica a otros poderosos. En el mismo álbum figurarían, según el medio, notas de personalidades como Leslie Wexner, exdirector de Victoria’s Secret, con comentarios también de tono sexual. Aunque no se han confirmado oficialmente, estos detalles dibujan un escenario en el que figuras influyentes interactuaban con Epstein con una familiaridad que hoy resulta perturbadora.
Mientras la demanda presidencial avanza y los archivos se abren al escrutinio público, el escándalo deja una pregunta en el aire: ¿cuántos secretos más están por salir? Y lo más importante, ¿cuántos estaban dispuestos a mirar hacia otro lado?