
Nueva York, julio de 2025.– La Organización de las Naciones Unidas convocó una reunión de alto nivel para discutir la regulación ética de la inteligencia artificial, en un intento por adelantarse a los riesgos del futuro. La paradoja: en la misma agenda se omitió toda mención a conflictos armados, genocidios en curso, y crisis migratorias sin resolver.
Expertos en tecnología de todo el mundo expresaron preocupación por el uso irresponsable de la IA. Sin embargo, nadie pareció preocupado por el uso irresponsable de la diplomacia, los vetos en el Consejo de Seguridad o los miles de muertos que no caben en las estadísticas oficiales.
La ONU busca evitar que los robots cometan errores que los gobiernos cometen a diario con total impunidad. Se teme que la IA pueda tomar decisiones sin alma, sin contexto, sin ética… justo como muchos burócratas internacionales.
Mientras se redactan códigos de conducta para las máquinas, los humanos siguen sin actualizar el suyo.
Quizás antes de regular a la inteligencia artificial, habría que preguntarse por qué la inteligencia natural sigue tan mal administrada.