Ciudad de México.— El Paquete Económico 2026 enviado al Congreso incluye una medida que ya encendió la polémica: la imposición de nuevos aranceles a más de 1,400 productos de importación, principalmente provenientes de Asia, con los que México no mantiene tratados de libre comercio.
El Secretario de Hacienda, Édgar Amador, defendió la medida como un mecanismo para impulsar la producción nacional, proteger empleos y frenar el déficit comercial. “No se trata de cerrar la economía, sino de generar condiciones justas de competencia para los productores mexicanos”, afirmó.
Los sectores más beneficiados serían textiles, calzado, plásticos y algunos productos agroalimentarios, donde México compite directamente con países como China, India y Vietnam. Sin embargo, economistas advierten que el costo real podría recaer en los consumidores, pues productos de uso cotidiano —desde ropa hasta electrodomésticos básicos— encarecerían al subir los precios de importación.
Empresarios agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) advirtieron que la medida es “un retroceso hacia el proteccionismo” y que México corre el riesgo de enfrentar represalias comerciales de las naciones afectadas. Por su parte, organizaciones ciudadanas expresaron preocupación porque los hogares de bajos ingresos podrían ser los más golpeados.
La propuesta llega en un contexto donde el gobierno busca reforzar la narrativa de “soberanía económica” y consolidar su proyecto de autosuficiencia. Sin embargo, la gran pregunta es si la industria nacional tiene la capacidad real de sustituir las importaciones con productos competitivos en calidad y precio.
