Ciudad Juárez, Chihuahua, 13 de junio de 2025 — A pesar de la incertidumbre por las medidas arancelarias anunciadas por Estados Unidos, el fenómeno del nearshoring —la relocalización de empresas hacia países cercanos— sigue consolidándose en el norte de México como uno de los principales motores económicos.
En la última semana, Fibra MTY confirmó una inversión de 400 millones de dólares en infraestructura industrial para centros de distribución, incluido uno de los hubs logísticos de Mercado Libre, mientras que BMW y Volvo han trasladado parte de su cadena de suministro al país.
Oportunidad de oro para el desarrollo regional
Estados como Nuevo León, Coahuila y Chihuahua reportan tasas de ocupación industrial superiores al 95 %, y se estima que el nearshoring podría generar más de 600,000 empleos en los próximos tres años, siempre que el país garantice condiciones de seguridad, energía y Estado de derecho.
Según datos del INEGI y el IMCO, el sector manufacturero representa ya el 22 % del PIB nacional y da empleo formal a más del 14 % de los trabajadores. La Secretaría de Economía ha implementado un plan de incentivos para atraer a más firmas globales del sector electrónico, automotriz y aeroespacial.
Retos estructurales
El principal desafío es la infraestructura energética y logística: hay déficit de agua en parques industriales, saturación en aduanas y problemas de inseguridad en carreteras federales. Además, persisten dudas sobre la capacidad del país para cumplir reglas del T-MEC, particularmente en materia laboral.
Análisis: Si el Estado mexicano aprovecha la coyuntura con visión de largo plazo, el nearshoring puede significar una nueva etapa de industrialización nacional, comparable con la apertura comercial de los años 90. Pero si se dejan pendientes los factores estructurales, la oportunidad podría esfumarse.
