Nayarit

EN NAYARIT, MORENA NO GANA POR FUERTE… SINO POR UNA OPOSICIÓN DEBILUCHA

La política en Nayarit vive un fenómeno curioso: Morena no es invencible por su músculo local, sino porque la oposición anda en terapia intensiva. La fuerza que sostiene al partido guinda en el estado no nace de candidatos brillantes ni de liderazgos arrolladores, sino del arrastre nacional de la presidenta Claudia Sheinbaum y la estructura de la 4T.

En casa, Morena está fracturado, con pleitos internos y grupos que se devoran entre sí. Y sin embargo, aun con esas divisiones, el panorama electoral apunta a una victoria segura en 2027. ¿Por qué? Porque del otro lado no hay nadie en pie.

El PAN no tiene representación real. El PRI está borrado del mapa político. Los demás partidos apenas sobreviven en comunicados de prensa.

El caso más ridículo es el de Movimiento Ciudadano, que en 2024 perdió lo poco que tenía en el Congreso “como niños de primaria”: dejaron ir diputaciones plurinominales por no cumplir requisitos básicos de la normativa. Un error de kínder que los dejó fuera del tablero.

Hoy la oposición intenta revivir a manotazos, buscando perfiles “ciudadanos” que terminan siendo más de lo mismo:

Gloria Núñez, expriísta y expanista reciclada. Yolanda Gutiérrez, otra expriísta de cajón. Vicente Gascón, hijo del famoso Flaco de Oro. Julieta Mejía, heredera política de Raúl Mejía. Nacho Flores, que más que sumar cuadros, se dedica a juntar juniors para la foto de campaña.

La lista parece más una feria de apellidos reciclados que un frente opositor serio.

La conclusión es lapidaria: si Morena y sus aliados vuelven a ganar en 2027, no será por méritos propios… sino por los deméritos de una oposición endeble, flaca y perdida. Porque en política, como en el box, no gana el más fuerte, sino el que se enfrenta al más débil.